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viernes, 14 de julio de 2017

Alquilar en Alemania: Kaltmiete y Warmmiete

Alquilar en Berlín (y, probablemente, el resto de Alemania), aunque tenga el mismo verbo, alquilar, es un proceso ligeramente diferente al que estamos acostumbrados en España. Incluso en Amsterdam o Londres, cuando ya nos tocó hacerlo en su momento.

Tiene una serie de particularidades que hay que tener en cuenta, si no te quieres perder o confundir en el proceso, pero hoy me centraré en uno de los aspectos más importantes: el precio.

El precio del alquiler aquí se divide en dos conceptos: kaltmiete y warmmiete.

El kaltmiete, o alquiler frío (literalmente) es el precio que vas a pagar por el apartamento con el agua fría incluida. Esto nunca pasa porque, obviamente, nadie quiere un apartamento con sólo agua fría. Especialmente en invierno.

Como probablemente ya habréis deducido, warmmiete es el alquiler caliente, es decir, aquel que incluye el agua caliente y la calefacción. En ocasiones añaden otros gastos extras como podría ser por conserje, recogida de basuras... Este sería el precio final que pagarás por el alquiler del apartamento.

¿Y cómo calculan el uso que harás de calefacción y agua caliente? En función del tipo de piso y los metros cuadrados, se puede extraer un consumo medio que habrá. Al final de año se vuelven a mirar los contadores y se calcula la diferencia. Si has gastado más de lo pagado, pues pagas la diferencia. Si has sabido controlarte y gastado menos, pues te devolverán lo que has pagado de más...y a empezar un nuevo año.

Sin ser exactamente lo mismo (al incluir agua), el kaltmiete sería el precio más parecido o equivalente al de alquiler en España y es, normalmente, el que aparece indicado en los anuncios de alquiler de piso. Pero, siempre hay que fijarse en el warmmiete dado que es este el precio que tendrás que pagar puntualmente cada mes al propietario del apartamento en el que vivas.

Una vez sabes qué warmmiete y, por lo tanto, el precio total que vas a pagar por tu piso a tu inquilino sólo te faltará añadir la cuota de la electricidad y la tasa de la televisión (ya hablaremos de este tema en otro momento)

jueves, 20 de abril de 2017

La impermanencia de la permanencia

unsplash.com
A medida que iba comunicando a familiares, amigos y conocidos de diversa índole sobre nuestra nueva etapa a punto de comenzar en Berlín, era constante una misma pregunta: "Pero, ¿os vais de forma permanente o por un tiempo definido?"

Pero, ¿qué significa permanente?

¿Significa que si me voy a Berlín de forma permanente ya no puedo volver nunca más a Barcelona, por mucho que quiera volver? Si firmo un contrato permanente/indefinido con una empresa, ¿significa que ya no puedo dejar esa empresa nunca más por mucho que a los pocos años me canse o necesite un cambio? Si me compro un piso permanente, ¿Significa que tengo que vivir ya en ese piso hasta el fin de los días?

Somos poco amigos del cambio y la permanencia es un concepto que nos hemos inventado para vivir tranquilos. Para auto engañarnos de que algo no va a cambiar nunca y así no vivir con la preocupación e incertidumbre de que algo se puede acabar. Pero nada es permanente, podrá durar más o menos, pero no de forma permanente.

Cuando estuve en Berlín hablando con gente de la oficina para conocernos, una de las personas me preguntó: "¿Y cómo sé que de aquí un año no te marcharás?". Ni lo sé, ni nadie lo sabe. No hay nada permanente y no sé qué pasará dentro de un año o, incluso, dentro de un mes.

Podemos vivir engañados y pensar que todo lo que tenemos es para siempre, pero simplemente es de temporalidad indefinida. Tarde o temprano, cambiará el contexto, mi forma de pensar, mi entorno y lo que parecía que era permanente, dejará de serlo y desaparecerá.

Así que, como voy respondiendo a todo el mundo: "No hay nada permanente, pero sí indefinido. No sé qué pasará. Así que iremos, probaremos y con el tiempo, ya veremos qué decidimos."


martes, 11 de abril de 2017

Bis bald! Nos vemos en Berlín


Estábamos a punto de colaborar con una empresa alemana para distribuir un juego en aquel país. Gigames, la empresa para la que yo trabajaba en aquel 2007, ponía el juego y Bally Wulff, una empresa alemana con sede en Berlín, ponían la marca y los conocimientos del mercado alemán.

Como parte de ese proceso de colaboración, un compañero y yo tuvimos que viajar a Berlín durante cuatro días, en abril del 2007, para visitar sus oficinas y así poder obtener toda la información necesaria para saber qué adaptaciones hacer a nuestro juego. No estuvimos muchos días, ni tampoco dispusimos de mucho tiempo para visitar la ciudad, pero el poco que tuvimos fue suficiente para que Berlín me fascinase y me cautivase.

Si me preguntáis porqué aquel amor a primera vista con Berlín, no os sabría decir porqué, no tengo respuesta. Semanas después, el viaje se tornó y los de Berlín vinieron a visitarnos a nuestras oficinas en St. Cugat. Uno de los días tuve que llevar, en coche, a uno de ellos hasta Barcelona y me dijo: "hay dos tipos de ciudades, las que se visitan y las que se respiran. Berlín y Barcelona son de las del segundo grupo". Nunca he olvidado esa frase y en Amsterdam también la apliqué. Supongo que fue eso lo que me cautivó de Berlín.

Desde el preciso momento en que volví a casa no paré de decirle a mi mujer cómo me había fascinado Berlín y que teníamos que ir. No está tan lejos y una escapada de fin de semana era factible. No fue hasta tres años más tarde cuando, aprovechando que vivíamos en Haarlem, hicimos una escapada de cuatro días. Otros cuatro días que me sirvieron para reforzar mi fascinación por aquella ciudad. Sin saber ponerlo con palabras, Berlín era ya (junto con Amsterdam y Barcelona) una de mis ciudades favoritas.

Ahora, diez años más tarde de aquella primera visita a la ciudad de Berlín, estamos preparando nuestra mudanza. Nos vamos a vivir a Berlín. Ha surgido la posibilidad con mi actual empresa, King, de ir a trabajar al estudio que tenemos en la capital alemana y la he aceptado sin ningún tipo de duda. Diez años más tarde de haber pisado esa ciudad que tanto me cautivó podré vivir en primera persona esas sensaciones y poder comprobar si estaba en lo cierto. En una semanas nos vemos en Berlín. A partir del 1 de Mayo nos podéis encontrar allí.

Bis bald!