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lunes, 22 de mayo de 2017

Haarlem + Amsterdam

A post shared by Dani Morillas (@radikx) on
Durante el 2011 estuvimos viviendo en Holanda, más concretamente en Haarlem. Dada su cercanía con Amsterdam, nuestros viajes a la capital neerlandesa eran tan frecuentes, que se podría decir que vivíamos en ambas ciudades.

Llegamos allí casi de casualidad. Cuando nos planteamos dejar Barcelona e irnos "a la aventura", los Países Bajos no los habíamos pisado nunca. La primera vez que pusimos nuestros pies en ese país fue para visitar pisos de alquiler. ¿Y porqué decidimos irnos a un país que no conocíamos? Simplemente porque mi jefe de entonces me lo recomendó. Buscamos información y vimos que podría merecer la pena. Bueno, y porque era un país con un gran nivel de inglés.

Nuestra primera elección fue Rotterdam (ni la más remota idea de porqué), hasta que decidimos cambiar a Amsterdam porque la oferta profesional era mucho más amplia. Dados los precios del alquiler en Amsterdam, un poco elevados, decidimos marcharnos a alguna ciudad a la afueras de la capital. Lo suficiente para que se notase la bajada de precios, pero no lo suficiente para estar lejos de Amsterdam. Y ahí es donde, no recuerdo porqué, terminamos decidiéndonos por Haarlem. Y allí empezamos, un 9 de enero de 2011 en un país que no habíamos visitado nunca, en una ciudad que desconocíamos hasta semanas antes, buscando piso.

Lo que vino después fue una historia de amor con Haarlem desde casi el primer momento y una historia de odio primero y amor después con Amsterdam (al menos en mi caso).

El idilio fue tan bonito que desde entonces hemos ido subiendo de forma regular. Nuestro objetivo siempre fue subir unos días, al menos, una vez al año. Aunque, por diversas razones, no todos los años lo hemos podido cumplir.

Y cada vez que subimos me pasa lo mismo cuando estamos por Haarlem y Amsterdam. Siempre la misma extraña sensación.

No hacemos nada especial, sólo pasear y estar por allí. Tomar un café en nuestra cafetería favorita, tomar una cerveza en nuestra iglesia favorita 😉, pasear por Haarlem, pasear por Leidsestraat, Leidseplein, el Jordaan,... Y siempre que estoy allí me siento como si estuviese en casa, como si viviésemos aún allí, como si nunca nos hubiésemos marchado.

Y cuando llega el último día y tenemos que marchar, siempre la misma extraña sensación, como si fuese la primera vez que marchamos.

Por un momento, es como si el tiempo no hubiese pasado. Como si se hubiese formado un pliegue temporal entre nuestro penúltimo día allí y nuestro primer día de la vuelta, y todos los años transcurridos en medio no hubiesen existido.

martes, 11 de noviembre de 2014

¿Catalán? ¿Español? ¿Probablemente ninguna?

Hace unas semanas nos cruzábamos en la escalera con nuestro nuevo vecino de encima nuestro. Después de hablar unos minutos con él (y a pesar que se le notaba en su acento) le preguntamos de dónde era y su respuesta fue "soy originariamente británico". ¿Originariamente? ¿Qué quería decir con originariamente? ¿No era británico "a secas"? ¿Había nacido en Reino Unido pero no se sentía británico? ¿Había nacido en Reino Unido pero no había crecido en ese país? Esa respuesta y, principalmente, la palabra originariamente estuvo dando vueltas en mi cabeza intentando encontrarle un significado.

Un par de semanas después quedamos con unos amigos (británicos, por cierto) para tomar unas cervezas y a la quedada se sumaron unos amigos suyos americanos (que se estaban mudando a Poblenou) y que era la primera vez que veíamos. Después de estar hablando un rato con ellos, él me preguntó lo de "¿De dónde eres?" a lo que respondí, obviamente, de Barcelona. Pero mi sorpresa fue cuando me volvió a preguntar "Sí, vale, pero originariamente, ¿de dónde eres?" Originariamente ... Otra vez... Y ya le dí todo el significado a esa palabra. Entendían que originariamente una persona es del lugar donde nace, donde crece, donde se hace adulto... Pero, realmente, es del lugar en el que vive en ese momento... Algo que, realmente, yo siempre también he pensado y también he sentido...

Y todo esto me llevó a mi época de "holandés". Al principio de todo, cuando me preguntaban de dónde era respondía que venía de España (pensando que era lo que esperaban oir), hasta que vi que no les decía nada, decían OK y ya está, se acabó la conversación. Entonces aprendí que si respondía "de Barcelona", se les abrían los ojos como platos, querían saber más y te los habías ganado para siempre. Hasta que un día me encontré respondiendo a esa misma pregunta con la frase: "Soy de Haarlem". En el fondo yo sentía lo mismo, originariamente era de Barcelona, pero me sentía de Haarlem.

Vivía en Holanda, trabajaba en Holanda, pagaba mis impuestos en Holanda, consumía en Holanda,... Sólo la nacionalidad holandesa me separaba de ser, a todos los efectos, holandés. Y así lo sentía yo. Mi vida era holandesa, ¿porqué no lo iba a sentir así?

No siento ninguna bandera y no considero que ninguna bandera me represente. Soy de donde soy por haber nacido en la población donde nací, en la provincia de Barcelona y porque mi documentación, por el momento, así acredita. ¿Pero me siento catalán y español? Ahora sí, porque vivo aquí, trabajo aquí y pago mis impuestos aquí. Pero creo que, en el fondo, yo sólo me siento de dos lugares.

De Rubí, el lugar donde crecí, donde me hice adulto, donde pasé mis primeros 25 años de vida, donde empecé a trabajar, donde, todavía, tengo a toda mi familia.

Y del lugar donde esté viviendo en ese momento. Ahora mismo es Barcelona, pero hubo un tiempo que fue Haarlem y otro que fue Londres.

Por lo tanto, sí, cuando me hizo esa pregunta mi respuesta cambió, le contesté: "Originariamente soy de Rubí, a 25 km. de aquí, pero ahora soy de Barcelona"

lunes, 2 de enero de 2012

Spain is (not) different: desmitificando Europa

Al igual que muchos de vosotros, he crecido escuchando (y haciendo mías) frases del estilo: "Spain is different", "En Europa si que se hacen las cosas bien", "Más arriba de los pirineos viven mejor", "Somos de los países que menos cobran de toda Europa", "Sólo los españoles tenemos filosofía de compra de pisos",... y todo tipo de típicos tópicos, que haces tuyos sin saber porqué y, de tanto repetirlos, nos creemos verdad.

No hay nada mejor como salir fuera del país, vivir el día a día de otra sociedad y ver como la mayoría de esas frases no son del todo ciertas, que son mitos y que ni fuera están tan bien, ni en España está todo tan mal y somos los catetos de Europa.

He podido vivirlo y comprobarlo por mi mismo, además que trabajo en una empresa internacional donde trabaja gente de infinidad de países y ves que, en la mayoría de cosas, no estamos tan lejos como creemos y como nos dicen:

  1. A nivel profesional he visto que aquí las cosas no se hacen mucho mejor que en España. La mayor diferencia que he visto es que se intentan hacer las cosas bien y los horarios. Por lo demás, el caos, la desorganización, la falta de toma de decisiones, la ambigüedad,... es la misma. En ocasiones he dudado si no seguía trabajando en una empresa española.
  2. "Para qué tirar el dinero alquilando, si compramos el piso es nuestro". Cuántas veces hemos dicho/escuchado esto y siempre alguien ha respuesto "pero eso sólo pasa en España, en Europa existe la cultura del alquiler". Habrá países en los que eso sea cierto pero aquí esta misma frase, con las mismas exactas palabras (pero en inglés) las he escuchado salir de la boca de holandeses, ingleses, franceses,...
  3. Es que los sueldos en España son de los peores de Europa, fuera se cobra mucho mejor y están los sueldos en concordancia con el nivel de vida. No sé otros países, pero puedo asegurar que en Holanda esto no es cierto. Sí, el sueldo bruto es mucho más alto, pero los impuestos de trabajo son el doble de caros y, además, la sanidad es privada por lo que tienes que preparar un mínimo de 100 euros al mes por un seguro sanitario muy básico. Tengo un sueldo bruto exactamente igual que tenía en Barcelona y mi sueldo neto es un poco inferior y eso que, como immigrante con perfil profesional cualificado, me beneficio de una rebaja fiscal del 30% en mis impuestos de trabajo. Y con ese sueldo bruto superior, pero neto inferior tienes que hacer frente a más gastos e impuestos mayores.
Todo esto sin hablar de la calidad de la sanidad privada, de la educación en guarderías, la alimentación u otros temas que darían para un post a parte.

Eso sí, también hay muchas cosas (de este país) que me gustaría poderlas exportar a España como: los horarios, los beneficios secundarios a parte del sueldo o la conciliación de familia y trabajo.

Creo que deberíamos mirar, realmente, mirar hacia afuera y antes de compararnos poder comprobar y darnos cuenta que, en muchos aspectos, ni los demás están mejor, ni nosotros estamos tan mal como nos creemos.

miércoles, 1 de junio de 2011

Cien días de holandés

Normalmente, cuando alguien llega al poder, se le suele dar un período de gracia de 100 días antes de valorar su trabajo en el nuevo puesto. El pasado 25 de abril hizo 100 días que llegamos a Holanda, así que haciendo caso al mismo período de gracia, a pesar de no haber llegado a ningún poder, pasaré a evaluar estos primeros 100 días de holandeses.

Fue el 15 de Febrero cuando nos despertamos por primera vez en nuestro nuevo piso de Haarlem. Habíamos llegado sólo con nuestro coche, nuestras cosas, muchas ganas de aventura y la incertidumbre de cómo nos irían las cosas. Nos enfrentábamos al nuevo reto que nos suponía un nuevo país, una cultura y costumbres diferentes y un idioma completamente diferente.

100 días después todavía este nuevo país nos supone un reto, nos seguimos adaptando a la cultura y costumbres y el idioma... bueno es el mayor de los retos, pero hemos sufrido una transformación curiosa. Cuando llegamos aquí a mí me daba la sensación que los carteles no tenían escrito nada. Veía letras juntas sin ningún sentido, como si alguien las hubiese tecleado al azar. Escuchaba a la gente y me sonaba todo igual, como si se estuviesen inventando las palabras. Típico juego de niños. 100 días después, los carteles tienen sentido. La mayoría no los entiendo, pero veo palabras, veo frases, les veo sentido. Escucho a la gente e identifico que están hablando holandés, a pesar de no entender el 99,99% de sus palabras. Aún así no puedo evitar la sensación de impotencia y frustración que provoca el no tener inmersión lingüística. Algún día aprenderemos holandés, aunque ya sé cosas sueltas como los días de la semana, los números o algunas palabrejas.

Respecto el inglés, nuestro principal objetivo aquí... Siento envidia, mucha envidia sana. Prácticamente te puedes mover por cualquier sitio con el inglés. Todo el mundo lo habla, mejor o peor, pero lo habla. De ahí que no haya la necesidad de aprender holandés, no lo necesitas. He conocido gente que lleva viviendo en holanda 4-6 años y no saben holandés todavía. Aquí el inglés es como un segundo idioma. No doblan las películas, ni las series, ni los programas de TV.

Sólo con el inglés el abanico de ofertas de trabajo es importante. No necesitas aprender holandés para encontrar trabajo y acceder a una importante oferta. Hay mucha empresa internacional o mucha empresa donde el inglés es el idioma oficial. Yo mismo trabajo en Online.nl, una empresa holandesa donde el idioma oficial es el inglés. Franceses, turcos, búlgaros, holandeses, ingleses, neozelandeses,... aquí hay gente de casi todos los países y todos hablando inglés. Se nota que vengo de un país donde el inglés es una asignatura más, después de un mes aquí y todavía me está costando la adaptación lingüística. Mes y medio después y comienzo a entender a mi jefe de Manchester cuando me habla, a pesar que todavía me cuesta hablar. Todavía la falta de confianza en mi inglés y en la posibilidad de no ser capaz de seguir la conversación impiden que pueda expresarme con la fluidez que me gustaría.

Y la pregunta del millón, la que hace todo el mundo ¿y qué echas en falta? Obviamente, se echan en falta muchas cosas. El clima, que aquí no sólo es muy fresco, sino muy inestable y nunca te puedes fiar de que en cualquier momento refresque, se levante viento o, incluso, llueva. La comida, ya que aquí no es una cultura que se caracterice por su gastronomía y su variedad culinaria. La gente, siempre se echa en falta el tener gente con la que poder hablar, salir a tomar unas cervezas o ir a cenar. Pero sobre todo echo en falta la Rambla del Poblenou, un lugar donde da igual el día y, casi, la hora, puedes salir a dar una vuelta que siempre encontrarás vida, sitios abiertos y gente paseando. De momento, es una de las cosas más raras de adaptarse, que a partir de las 18.00 y los domingos esto sea una ciudad fantasma.

En resumen y después de 100 días puedo decir que este es un país en el que, invierno mediante (ya veremos cómo nos va), creo que podría quedarme a vivir sin problemas, a pesar de tener claro que aquí estoy para un único objetivo y que el día que lo consiga me vuelvo.

Otro día hablaré del abismo profesional entre ambos países.

martes, 17 de mayo de 2011

Barcelona decideix.10A: Voté SÍ

Hace poco más de un mes, el 10 de abril, se realizó un referéndum en la ciudad de Barcelona sobre la independencia de Catalunya. La pregunta no la recuerdo, pero venía a ser si estábamos de acuerdo con la independencia de Catalunya o no. No tenía intención votar, pero un día, paseando por la Barceloneta, me ofrecieron la oportunidad de hacerlo y, dado que nos faltaba poco para venirnos a Holanda, aproveché para hacer una especie de voto por correo. Me lo estuve pensando durante un rato y finalmente voté SI.

No soy independentista, no creo en la independencia y de hecho es algo que me da igual. Si se consigue bien y si no se consigue pues también, seguiré siendo el mismo e igual de feliz... o no. No creo en las fronteras y pienso que la nacionalidad es algo circunstancial. Yo soy catalán como podría haber sido madrileño, asturiano o francés. Mi única patria es mi casa y mi gente, y mi único interés es ser feliz y vivir bien esté donde esté (ahora mismo en Holanda). Entonces, ante todo esto ¿porqué voté SÍ?

Simplemente porque no creo en la estructura actual de España. Nunca he creído en el poder centralizado en ninguno de los aspectos. No sólo a nivel político/gubernamental, sino que también lo pienso en el trabajo y, en mi caso, lo intento llevar siempre a la práctica. La gran mayoría de decisiones no tiene sentido que se tomen desde un lugar centralizado, ya sea un gobierno, un departamento o un jefe. La gran mayoría de decisiones, de forma descentralizada siempre son mejores y más ágiles. ¿Quién mejor para saber cómo y cuándo hacer una inversión que un área territorial? ¿O un departamento de una empresa? ¿O un equipo de trabajo?

Cuando he gestionado equipos, siempre me ha gustado trabajar y generar un ambiente de trabajo descentralizado y repartido. Donde cada persona tiene su opinión y su poder y libertad de decisión, aunque siempre dependiendo de un punto central.

Por esa misma razón no creo en una estructura política centralizada donde todo se decide desde un mismo sitio. Por eso la mejor solución es que las Comunidades Autónomas, fuesen autónomas de verdad. No me preguntéis porqué, pero siempre he pensado que España debería ser una República Federal. Donde cada Comunidad Autónoma fuese una federación con poder propio, pero dependiente de un gobierno central. Pero siempre todas con la suficiente autonomía para gestionar sus finanzas, sus inversiones y sus leyes. Si ya se está haciendo en ciertos aspectos, ¿porqué no en todos?

No creo en la independencia y no creo que pudiese solucionar muchas cosas, pero también pienso que mi SI estaba más cerca de mi concepción de país que el NO.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Nueva etapa

Sigo en paro, seis semanas después de haber sido despedido, me estoy malacostumbrando a la vida de parado. Me levanto por la mañana, paseo al perro, voy al gimnasio, hago tareas en casa, aprendo inglés, vuelvo a retomar mi afición por el piano, hago proyectillos... No me puedo quejar. Pero esto tiene fin.

Desde el primer día que fui despedido, tenía claro cuál era mi siguiente paso que quería dar y, durante todo este tiempo, le he ido dando forma. Es algo que llevo muchos años que lo tengo en mente, que ya estuve a punto de poderlo hacer y no pudo ser. He estado haciendo números, consultas, llamadas, movimientos y cada vez está más cerca.

En Febrero me marcho, con mi mujer, a vivir a Holanda. Concretamente (si no hay cambios de última hora) a la población de Haarlem que está a unos 20-25 km de Amsterdam. No tenemos nada: no tenemos trabajo, no tenemos piso y no conocemos a nadie allí. Pero nos apetece emprender esta aventura, "empezar desde 0" y aprovechar para aprender inglés.

¿Porqué Holanda? Bueno nosotros teníamos dos requisitos: que fuese en Europa y que fuese un país donde el inglés tuviese tanto peso que lo pudiésemos mejorar y practicar. Con estos dos requisitos, la semilla la puso mi anterior jefe, Xavi Barbé, que me habló de Holanda (a nosotros nunca se nos hubiese ocurrido). A partir de su recomendación nos pusimos a buscar información y cada vez nos convencía más: buenos sueldos, baja tasa de paro (poco menos del 5%), excelente calidad de vida... Así que al final nos decidimos.

Faltan menos de dos meses... Seguiremos contando.