lunes, 12 de abril de 2010

2010: Master en Dirección de Márketing

Hace un año decidí que quería seguir estudiando, pero que quería apostar por algo que conjugase tres cualidades: que me gustase y me pudiese divertir estudiando, que no tuviese que ver nada con Informática y aspectos técnicos y, finalmente, pudiese complementar mis estudios y perfil profesional actual. Por lo que me decidí por estudiar un Master en Dirección de Marketing en la EAE, modalidad online.

El viernes fue el último día ya que presenté el proyecto y lo aprobé. Después de un año de esfuerzo y mucho trabajo, el final ha merecido la pena. El proyecto final se trataba de un evento que unía marketing social y marketing deportivo.

Ahora que miro atrás veo que fue una muy buena elección la que hice. Ahora tengo que mirar adelante y esperar que este nuevo título no sólo sirva para adornar mi Currículum.

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿Llegará el sentido común al fútbol?

El otro día leía un artículo donde explicaba que la LFP (Liga de Fútbol Profesional), se estaba comenzando a discutir la posibilidad de: establecer límites salariales, límites en los traspasos de jugadores y la negociación conjunta de la LFP con las televisiones.

Por lo que nos tienen acostumbrados hasta el momento, se hace difícil creer que esto llegue a ser realidad, pero, al menos, ya es importante que se esté hablando y se plantee la posibilidad. Por el bien de la salud económica de los clubs y de la competición, es lo mejor que podría pasar.

A veces, roza el insulto que la gran mayoría de clubs se metan en gastos y deudas que no pueden asumir, por el simple hecho del populismo. El corto plazo del populismo provoca el incurrir en algo que el largo plazo institución no puede soportar.

Eso sin hablar de la desigualdad económica, entre ricos y pobres, que provoca la negociación individual con las televisiones, como sucede en la actualidad.

Es difícil de creer pero, ¿significará esto que el sentido común puede llegar a la gente que dirige este deporte/negocio?

martes, 16 de marzo de 2010

Cuidando al cliente en Tailandia

Recientemente, el pasado 27 de febrero, mi actual mujer y yo decidimos, después de 7 años viviendo en pecado, que la soltería tenía que ser algo del pasado. Así que nos casamos. Aprovechando que, en nuestras respectivas empresas, nos daban 15 días de vacaciones, tomamos la decisión de pasarlos en Tailandia. Un destino al que teníamos muchas ganas de ir.

El destino no nos defraudó, en especial la ciudad de Bangkok. Nos sorprendió mucho el ambiente que se respira, los contrastes que se observan y, sobre todo, que podíamos ir por la calle como si fuésemos uno más y la educación y respeto de sus habitantes.

La sensación que me llevé es que para ellos el turista es uno más, una persona que debe ir a su aire, sin molestarle ni agobiarle (obviamente, alguna excepción encontramos) y que, incluso, hay que hacerle la vida fácil. Como si tuviesen muy claramente arraigado que somos su cliente más importante, que viven del turismo y lo tienen que cuidar al máximo. Todo lo contrario que nos hemos encontrado en lugares como Marruecos y, en especial, Jamaica. Donde su principio es: el turista tiene dinero y hay que exprimirlo al máximo.

Podría contar algunas anécdotas para ejemplificar esto, pero contaré la que más me gustó. Estábamos cenando en un restaurante de Pukhet y fuimos con el dinero justo, 1960 Bahts concretamente, pensando que nos llegaría. Nuestra sorpresa fue cuando la mariscada nos costó 2037 Bahts (unos 40 euros), así que tuve que explicar al camarero que no tenía dinero suficiente y que, mientras mi mujer se quedaba en el restaurante esperando, yo debía ir en taxi al hotel a buscar dinero para pagar. Éste se lo explicó a su jefe y, antes nuestra sorpresa y estupor, éste me dijo que ni hablar me iba a hacer pagar el taxi, que el camarero me acercaba en un momento al hotel y me traía de vuelta, en moto. Lo que finalmente sucedió.

Obviamente, el problema no es que no se fiasen de nosotros, ya que ya le avisé que iba yo sólo y mi mujer se quedaba esperando, el tema era que llevan la atención, el servicio y el cuidado del cliente a límites tan sorprendentes.
Por cierto, el restaurante es On the beach, en la playa Karon de Pukhet. Por si alguien va.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Servicio al cliente

El cliente siempre tiene la razón, el que paga manda,... Son muchas las frases las que nos indican que el cliente es lo más importante en una empresa y que hay que cuidarlo y mimarlo por encima de todo. Hay que escucharle, satisfacer sus necesidades y tener un trabajo y una organización enfocada hacia él.

En el fondo, el futuro y éxito de una empresa depende de él y de que nos siga comprando. Mientras más clientes y más fidelidad, más futuro tendrá una empresa. Pero, ¿siempre hay que escucharlo?

La gente, normalmente, no sabemos ver el futuro y sólo nos lo imaginamos con la misma tecnología actual, pero mejorada. ¿Alguien se imaginaba hace unos cuantos años que tendríamos ordenadores en el bolsillo? ¿o que las bibliotecas dejarían de estar en edificios para estar en nuestros ordenadores? Seguro que muy pocos.

Por eso las empresas, mientras cuidan a sus clientes, deberían hacer ejercicios de mirar más allá, sin escucharlos. Un buen trabajo de I+D+I que les permita progresar y no estancarse en satisfacer a sus clientes actuales con productos conocidos y/o mejorados. El cliente no siempre tendrá la razón o la respuesta al futuro de la empresa.

De hecho, ya lo dijo Henry Ford hace algún tiempo: "Si hubiera preguntado a mis clientes qué necesitaban, hubieran dicho un caballo mejor"

martes, 19 de enero de 2010

Responsabilidad social

Uno de los conceptos en los que me han introducido en el Máster en Dirección de Márketing es sobre la RSC y el márketing social. Dos conceptos diferentes pero que, en ciertos aspectos, la línea que los separa es muy fina.

Pero es que estos días, leyendo algunas noticias, me he vuelto a acordar de ellos dándome cuenta que, si una empresa tiene muy poca vista, la línea que separa estos dos conceptos del lado completamente opuesto también es demasiado fina y muy fácil de superar.

El caso más discutible es el de los bancos con las transferencias a Haití. Está claro que, tal y como he leído en algunos sitios, no están obligados a donar el dinero o dejar de cobrar una comisión por un trabajo que siguen haciendo. Pero el cobrar estas comisiones de transferencias controladas, les ha supuesto muchas críticas y ganarse una no buena imagen que ya no tienen.

Pero posiblemente los casos más claros son los de H&M y Mercadona. En el primer caso se ha descubierto que, la tienda H&M de Nueva York se dedicaba a tirar los excedentes a la basura, pero dejándolos inservibles antes de hacerlo. En el segundo caso, me acordé leyendo la noticia de H&M, que en mi casa todavía tengo media bola de queso que me dio un familiar que trabajaba en Mercadona, porque llegaron sin etiquetar y los iban a tirar.

Está claro que, en ambos casos, se tratan, por diversas razones, de productos inservibles para su venta. Pero un hecho tan simple como tirarlos a la basura puede generarles una muy mala imagen de empresas que no miran por la sociedad. En cambio un gesto tan sencillo como donar los alimentos o la ropa a gente necesitada o asociaciones no sólo estás ayudando a la sociedad, sino que repercute en tu imagen de empresa.

Seguro que fueron decisiones de trabajadores y no de la empresa pero, si no hay ciertas políticas de empresa bastante claras, al final, la imagen que da el trabajador es la imagen de la empresa.

viernes, 8 de enero de 2010

Gestión de proyectos - Gestión de personas

Hice en el 2008 un curso de Gestión de Proyectos en La Salle, la semana que viene comienzo otro en la empresa donde trabajo y he leído varios libros sobre la misma temática.

En todos los sitios hablan y te explican lo mismo: los cinco procesos básicos en cualquier gestión de proyectos (Inicio, Planificación, Ejecución, Control y Cierre) de lo importante que es mantener una buena documentación del proyecto, de la correcta y detallada definición inicial del proyecto, del control de las tareas y los timings, etc.

Pero por mis pocos años de experiencia gestionando proyectos he aprendido que, realmente, una de las cosas más importantes y que no suelen explicar es la gestión del equipo, de las personas que lo forman.

Si tienes un buen equipo, al que transmites confianza y con el que fluye la comunicación, el círculo de confianza se cierra del equipo al gestor y hace que todo funcione mucho mejor. Por mucho que sigas todos los procesos, que documentes bien, que planifiques mejor, si no hay confianza hacia y desde el equipo, nada funcionará.

Nunca debemos olvidar que el equipo lo forman personas. He trabajado en todo tipo de condiciones y, en los peores momentos, si esta confianza existe, si crees en el equipo, el equipo cree en tí y cree en el proyecto y se terminan consiguiendo cosas imposibles o casi imposibles.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

miedo al cambio

Vivimos en un país cuya sociedad tiene una mentalidad funcionaria y cuya máxima es "más vale malo conocido que bueno por conocer", lo cual provoca que seamos una sociedad muy cómoda y con miedo al cambio. Pero la vida, de por sí, es un contínuo cambio. No paramos de cambiar físicamente, ni psicológicamente, cambiamos de amigos y cambia la propia sociedad. Pero aún así, tenemos miedo al cambio.

A pesar de no estar a gusto profesionalmente o querer progresar en nuestra carrera, nos da miedo cambiar, porque ya conocemos lo que tenemos y no sabemos lo que nos deparará el futuro. A pesar de poder estar pasando una mala racha personal, nos da miedo cambiar. Tenemos miedo a lo desconocido y a lo que nos pueda deparar el futuro. He vivido de forma directa y de forma indirecta lo que puede provocar el no querer cambiar por miedo.

Preferimos los problemas que nos pueden acarrear el aceptar lo malo conocido que las soluciones que nos puede adoptar lo bueno por conocer. Pero tenemos que ser más valientes y aceptar que, cuando el presente no es como nos gusta o como nos esperábamos, hay que cambiar, hay que dar un paso al frente y aceptar que nuestro entorno y nuestra vida cambia y tenemos que cambiar con ellos. Cambiar de trabajo, de profesión o, incluso, de personalidad o de seres queridos. Aunque es muy difícil ponerlo en práctica, como digo yo siempre: Mejor arrepentirse por haberlo hecho, que por no haber hecho nada.

jueves, 5 de noviembre de 2009

2001: Entrando de lleno al mundo del ocio

En el 2001, y después de mi paso por el mundo de Internet, entró en mi vida profesional el sector del ocio, al cual sigo ligado todavía a día de hoy.

En dicho año, pasé a formar parte de la plantilla de Cirsa (concretamente en la subdivisión de la ya extinguida Cirsa Interactive) y a la cual estuve ligado durante 2 años, hasta el 2003. En ese tiempo formé parte de un equipo de trabajo cuyo objetivo era el desarrollo de un casino on-line, desarrollado 100% en Java (Applet + J2EE). Mis inicios en dicho equipo fue como Analista/Programador, para posteriormente encargarme de la Gestión del frontend de la aplicación (los juegos del casino) y ,finalmente, realizar tareas de Jefe Sección como sustitución temporal. Aunque los resultados no fueron tan fructíferos como hubiese deseado, si que fue una época en la que aprendí mucho, crecí más y, sobretodo, conocí a grandes personas.

Desde el 2003, y hasta la fecha actual, trabajo para Gigames, empresa encargada en la fabricación de máquinas recreativas para bares. Formando parte de la sección de Software del departamento de I+D y encargándome de la gestión del desarrollo de la plataforma software que gestiona la máquina.

jueves, 15 de octubre de 2009

pequeños cambios, grandes cambios

El otro día, en el blog Atrapando Sueños (que sigo diariamente mediante mis subscripción RSS) leí un cuento llamado EL RECOLECTOR DE ESTRELLAS, que me gustó mucho, ya que su moraleja es muy interesante y que da mucho que pensar.

La gente solemos movernos por grandes acciones o por el cortoplacismo. Sólo si vemos que nuestra acción tiene una efecto tangible, importante y visible, nos movemos. Por el contrario, si nuestra acción es tan pequeña que no vemos su beneficio a corto plazo, no le vemos el sentido de molestarnos en realizarla.

No somos conscientes que, por ejemplo, ayudar a una persona necesitada no puede tener efectos a corto plazo, pero sí efectos muy importantes a largo plazo. Ya que una persona no hace nada, pero una persona de vez en cuando, a la larga son muchas personas. Pero si la gente de al lado nuestro toma ejemplo de nosotros, ya no es una persona, son más personas. Es lo que se ha llamado el Efecto Mariposa.

Hace tiempo conocí una persona que contaba que, una vez, estando muy necesitado de un transporte, se puso a hacer auto-stop hasta que alguien le recogió. Se sintió tan agradecido en ese momento que decidió que cogería a todo el mundo que pudiese que estaba haciendo auto-stop.

Si este ejemplo lo extrapolamos a cualquier acción, seguro que ayudaríamos a tener un mundo mejor.

Así que deberíamos comenzar a convencernos todos que pequeños cambios, grandes cambios.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Gestión de las expectativas

Uno de los aspectos a tener en cuenta en marketing, a la hora de comercializar un producto o servicio, son las expectativas generadas en torno a éste. En función a la imagen que generemos, el posicionamiento que apliquemos y a la comunicación que hagamos, el cliente se irá creando unas expectativas sobre el producto. Pero si estas expectativas no las sabemos gestionar bien, se pueden volver en nuestra contra. Unas altas expectativas mal cubiertas, crea un cliente insatisfecho y, también, un número elevado de potenciales clientes perdidos. En cambio unas expectativas bien cubiertas, creará un cliente satisfecho y, en definitiva, un cliente más y un número alto de potenciales clientes.

Un ejemplo de una mala gestión de las expectativas es el Institut Internacional de Postgrau de la UOC. El IIP se basa en sus 10 años de experiencia y en la imagen de seriedad y solvencia que genera la UOC como institución, para ofrecerse como una alternativa solvente y sólida de escuela de negocio. Una metodología de aprendizaje innovadora y puntera basada en un material y contenido actualizados y un profesorado de nivel y compuesto por profesionales en activo. Todo esto es lo que te hace generarte unas expectativas como estudiante bastante altas.

El problema se genera cuando comienzan los problemas técnicos con el campus, el envío de material erróneo y/o no actualizado (en el caso de que te envíen el material) y, lo que es peor, la desatención por parte del profesorado, tutores y el servicio de atención al estudiante o secretaría. La sensación de impotencia que genera el ver el mal servicio ofrecido y la posteriror desatención por parte de los que deberían solucionarte los problemas, provoca que termines siendo un cliente insatisfecho.

Si no sabes, no eres capaz o no tienes los recursos para dar un buen servicio, lo que no puedes es generar unas expectativas hacia el estudiante (cliente) de que eres una institución innovadora, solvente y seria. Porque al final, cuando se entra en contacto directo con el servicio es cuando esas expectativas generadas se vuelven en tu contra.