El próximo 29 de Septiembre es día de huelga general en España y, a falta de menos de una semana, todavía no sé lo que voy a hacer y qué decisión tomaré y, seguramente, hasta el último momento no lo decida.
El otro día hablando con mi madre sobre la huelga me dijo: "Pues posiblemente si, a estas alturas, no tienes claro qué quieres hacer es porque no crees en la huelga y realmente no quieras hacerla". Y, como las madres siempre tienen razón, creo que esta vez no es una excepción.
Creo que la situación que se vive y se ha vivido en España es vergonzosa e insostenible. Endurecimiento de las condiciones bancarias, cierre de empresas, desaparición de puestos de trabajo y, por consiguiente, aumento de parados, congelación de sueldos,... A lo que el gobierno ha respuesto con subida de impuestos, bajada de sueldos o eliminación de beneficios sociales. Creo en la movilización del pueblo, creo en que nos debemos quejar, creo que no deberíamos quedarnos con los brazos cruzados esperando, simplemente, a que pase el temporal. Pero, ¿ahora?
¿Ahora que llevamos dos años de crisis y uno con la situación dura? ¿Ahora que el gobierno ha aprobado todas sus medidas y ya no hay marcha atrás? ¿Ahora que seguramente la huelga ya no sirva para nada? Ahora, el 29 de septiembre, la huelga le interesa sólo a los sindicatos porque, creo, que para el pueblo ahora ya no sirve.
Como ya he dicho, seguramente decida en el último momento qué haré, pero, haga lo que haga, seguiré teniendo la sensación que esta huelga será un fracaso, que no servirá para nada y que llega muy tarde. Posiblemente cuando le interesa a los sindicatos, pero no al pueblo.