martes, 21 de marzo de 2017

Entrenamiento Creativo

Lucas Daglio es una de esas personas que una vez lo conoces te preguntas: "¿Cómo he podido estar todo este tiempo sin conocerlo?". Una persona curiosamente interesante, con mucho conocimiento y, sobre todo y principalmente, con mucha hambre de tenerlo. Una de esas personas que puedes estarte horas solo escuchando cosas que tiene que contar. Y no porque sea argentino :-) (lo siento Lucas, espero que me perdones la broma)

Llevo tiempo interesado en aprender a escribir y la primera vez que supe algo de él fue a través de un post compartido en Facebook de que organizaba una actividad de escritura creativa en un tranquilo pueblo de montaña. Al final no hice dicho taller, pero me quedé en el radar con un taller de Entrenamiento Creativo que realizan.

De forma totalmente errónea (ya hablaré de eso en otro post) siempre pensé que yo no era una persona creativa y quería saber qué podía hacer para poderlo ser. Si se podía ser... porque otra falsa verdad de la que siempre estuve convencido era que la creatividad o se tenía o no se tenía, que era una cualidad que no se aprendía.

Hace ya un año, después de pensármelo varias veces (a pesar de ser la educación la mejor inversión que se puede tener, es la que más cuesta hacer), hablar con mi empresa por si me podían ayudar a subvencionar el curso y poder tener la oportunidad de hablar en persona con Lucas, me terminé convenciendo en hacer el curso. Y fue una gran decisión y uno de los mejores cursos/talleres que he hecho.

Y gracias a Lucas y su taller de Entrenamiento Creativo:
  1. Me convencí que la creatividad no es una cualidad que se tiene o no se tiene, si no que es una cualidad que tenemos todos (como ya he dicho, hablaré más extensamente de esto en otro post), simplemente algunos la tenemos más oxidada que otros. O, probablemente mejor dicho, no sabemos escucharla, no nos han enseñado.
  2. Pudimos aprender técnicas para "llamar" a la creatividad. Siempre está el error que la creatividad es la llamada de las musas, que es esa idea que de pronto un día te viene a la cabeza. Pero cuando esa llamada no te viene, tienes que saber cuál es su número de teléfono para poder hacer tú la llamada. Unas veces cogerá el teléfono y otras no, pero si no sabes cómo y dónde llamar seguro que nunca lo cogerá.
  3. Con las técnicas que utiliza Lucas en sus talleres y el ambiente de trabajo que construye, consigue activar tu mente y hacer que tengas hambre de más. Cada día que salía del taller salí con mi mente a mil revoluciones y, a medida que pasaba la semana, cada vez tenía más ganas de que llegase el día de volver a hacer el taller, de ver con qué nos sorprendería y qué nuevas técnicas y herramientas aprenderíamos.
Como siempre suele pasar, cuando todo termina, cuando vuelves a la realidad, cuando sueltan la bicicleta para que pedalees solo, vuelves a caer y tienes que seguir practicando. Pero, al menos, alguien te ha ayudado a hacer un click de que es posible.

Tanto si quieres aprender a ser (más) creativo, como si quieres aprender nuevas técnicas, recordarlas o, simplemente, pasar un buen rato en un ambiente sensacional, es un taller que todo el mundo debería poder hacer.