jueves, 10 de febrero de 2011

Comunicación

La comunicación es un aspecto fundamental en cualquiera de las variantes de gestión: gestionar una empresa, un proyecto, un equipo... Una buena política de comunicación puede evitar confusiones, malentendidos, problemas. Incluso puede facilitar la motivación del personal, ya que la comunicación implica información, y la información implica sentirse una parte importante en el proyecto/empresa.

Soy un gran aficionado al fútbol y soy socio del RCD Espanyol de Barcelona que estos días atrás nos ha hecho una clara demostración de cómo no gestionar la comunicación en una empresa.

En verano vendieron a uno de los pilares del equipo (Nicolás Martín Pareja) con la razón que hacía falta una venta para cuadrar el presupuesto del club y eliminar ciertas tensiones de tesorería. Se comunicó que hacía falta y que sería la única venta del año y que no se vendería a nadie más.

A medida que se acerca el mercado de fichajes de invierno (durante el mes de enero) se comienza a especular con la venta de otro jugador importante de la plantilla. Finalmente se hace efectiva esta venta con la salida de otro jugador (Víctor Ruíz), con las mismas justificaciones del primero y con la misma argumentación: "con su venta no haría falta vender nadie más". Pero la sorpresa llega cuando en menos de 24h se vende a otro jugador (Dídac Vilà), lo que hace que todo aficionado perico monte en cólera.

Probablemente si se hubiese explicado mejor las razones de porqué una segunda venta, cuando se explicó que no haría falta. Probablemente si se hubiese explicado que a Dídac no se quería vender pero que la oferta recibida por el AC Milan era irrechazable por ambas partes. Probablemente si se hubiese realizado una buena política de comunicación con el aficionado perico, la gente lo hubiese entendido.

Cuando realizas tareas de gestión, a veces hay que tomar decisiones incómodas, impopulares o que no gustan, pero entonces hay que saber realizar una buena gestión de la comunicación y saber hacer llegar la información necesario, en el momento indicado a la gente oportuna.

domingo, 6 de febrero de 2011

33 años

Ese es el tiempo que me queda, según el gobierno, para jubilarme. Han llegado finalmente a un acuerdo gobierno y sindicatos para realizar la reforma de las pensiones donde una de las decisiones estrella, y que más controversia ha generado, es la edad: 67 años.

Cuando estudié economía en la universidad, me dijeron que el sistema de pensiones de España, basaba su éxito y buen funcionamiento en dos hechos:
1. Que hubiese una población joven.
2. Que esta población fuese activa y, por lo tanto, estuviese trabajando y pagando impuestos. Dado que la población activa es la que paga la pensión a los jubilados.

No me parece mal la reforma actual. Obviamente lo que habría que hacer es cambiar el sistema de pensiones a uno, posiblemente, más fuerte, pero está claro que es un cambio muy complejo.

No sé si la reforma actual solucionará muchas cosas, pero tampoco creo que empeore mucho más. La esperanza de vida es cada vez mayor, lo que implica que hay que pagar pensiones durante más años y, por lo tanto, se necesita más dinero. Un dinero que debe salir de un país con una población cada vez menos joven y donde el paro va subiendo.

Con 67 años todavía se es joven y se puede trabajar o, al menos, no se es mucho más mayor que con 65. Lo que se puede hacer con 65 seguro que todavía se puede hacer con 67 y lo que no se puede hacer con 67 tampoco se puede hacer con 65.

Probablemente la reforma no arregle mucha cosa pero, como mínimo, no creo que sea tan horrorosa para las críticas que ha despertado.