Hay una frase que se repite en todas las películas catastrofistas de USA (2010, Deep Impact,...) que dice algo así como: "El mundo tal y como lo conocemos dejará de existir". Pues ciertamente, conscientes o no, el mundo cada día deja de existir tal y como lo conocemos, sólo hay que echar una mirada atrás.
Por defecto de profesión, tengo cierta debilidad por las nuevas tecnologías, por lo que suelo caer con facilidad y, ocasionalmente, intento controlarme, aunque no sea fácil. Hace tres años, finalmente, decidí darme de alta en Facebook, a modo de curiosear qué era esa web de la que tanto se hablaba. Mi intención era sólo observar y ver de qué se trata, cómo funcionaba y qué aportaba. Tres años más tarde, tengo 118 amigos, participo activamente en dos grupos (uno del Espanyol y otro de fútbol) y muchas relaciones de amistad las mantego exclusivamente a través de esta red social.
El 4 de marzo de 2011 escribía mi primer tweet: "Al final piqué y después de gmail, linkedIn y Facebook, ahora es el turno de Twitter.". Me había estado resistiendo durante mucho tiempo, dado que conozco mi debilidad por estas cosas, pero al final caí. Menos de un mes más tarde sigo a 63 personas, tengo 47 followers y he escrito 170 tweets.
A la gente nos gusta hablar, nos gusta relacionarnos y nos gusta saber todo lo que hacen nuestros amigos y gente de nuestro alrededor y esto se puede demostrar con cualquiera de las redes sociales existentes. En twitter la gente está contínuamente explicando cosas, en facebook todo el mundo cuelga fotos, vídeos o comentarios de lo que está haciendo en ese momento.
Antes buscábamos trabajo en La Vanguardia ahora lo hacemos a través de LinkedIn. Si tenía algún vídeo gracioso o algún chiste, lo enviaba por mail a mis amigos, ahora lo cuelgo en Facebook para que lo vea todo el mundo. Si encontraba algún artículo interesante, lo enviaba a la gente que pensaba que le podía interesar, ahora lo publico en twitter para compartirlo con mis followers. Antes me comunicaba por mail con la gente, ahora con muchos lo hago por Facebook o DM de twitter sin nisiquiera saber cuál es su e-mail.
Al igual que en su momento pasó con el teléfono móvil o el correo electrónico, este tipo de herramientas ya están completamente introducidas en nuestro modo de vida y forman parte de nuestra vida cotidiana. No entendemos la sociedad sin muros de facebook o los 140 carácteres de twitter. Ahora es el turno de los smartphones.