martes, 29 de marzo de 2016

Dinero y Conciencia







"Por tanto, el poder del ciudadano no reside tanto en su voto, como en la dirección a la que dirija su dinero, su forma de consumir y de invertir sus ahorros"


¿No os habéis planteado nunca a dónde va vuestro dinero cuando sale de vuestras manos? Ya sea en compras, ahorro, inversión,... ¿Qué implicaciones tiene comprar un producto u otro? ¿O comprar a un precio o a otro?

Yo llevo un tiempo que sí que me he estado haciendo algunas de estas preguntas. No todas! Tampoco cabrían tantas preguntas en la poca memoria RAM que queda en mi cerebro, pero sí alguna de ellas.

¿Acaba mi dinero en políticas que van en contra del medio ambiente? ¿Ayudo con mis gastos a que haya sueldos precarios? En definitiva, ¿soy coherente con mis valores a la hora de consumir?

Hasta que cayó en mis manos el libro Dinero y conciencia, ¿a quién sirve mi dinero? O más bien fui consciente de su existencia y lo fui a buscar a la biblioteca, no cayó en mis manos.

Básicamente este libro plantea que, para tres temas básicos como Comprar, Ahorrar y Donar, nos hagamos tres preguntas: ¿Qué? ¿Porqué? y ¿Dónde?

La idea es que con estas tres preguntas hagas acto de conciencia de si eres coherente entre tus actos de consumo/ahorro y tus principios y valores.

¿Compras realmente lo que necesitas o compras por impulso? ¿Compras productos que realmente te interesan o te basas sólo en el precio? ¿Sabes qué hay detrás y las implicaciones que tiene comprar un producto en un comercio u otro? Por ejemplo, ¿somos conscientes de las implicaciones que puede tener pagar unos céntimos menos por un paquete de arroz? Probablemente, para que todos nos ahorremos esos céntimos de un comercio a otro, el empresario ha recortado pagos en toda la cadena, desde la producción hasta la persona que nos cobra ese paquete de arroz. Probablemente nos quejamos que a nuestro amigo o familiar le pagan un sueldo indecente sub-mileurista, mientras nosotros, a la vez, siempre buscamos comprar el producto más barato.

Comprar esas judías o esa fruta que tanto nos gusta fuera de temporada implica que nos la traigan desde otro país, a veces incluso desde otro continente, con los posibles problemas de sostenibilidad para el medioambiente que puede tener. Mientras nos quejamos de lo insensibles que son las industrias en no cuidar el medioambiente, probablemente nosotros también ayudamos comprando productos fuera de temporada.

Cuando buscamos los intereses más altos o las comisiones más bajas, ¿Somos conscientes de lo que hace el banco de turno con nuestro dinero? ¿Sabemos si el banco usa nuestro dinero en proyectos/inversiones acordes con nuestros ideales o están usando nuestro dinero para invertir en mercados en los que nunca se nos ocurriría invertir?

Cuando donas, ¿donas en proyectos que realmente te preocupan? ¿o donas por imagen? ¿o donas por lo que te desgraba hacienda? ¿Sabes qué hace la ONG de turno con el dinero que donas? Hace poco estuve hablando con una persona que fue voluntaria en Sudamérica para un par de ONGs importantes y me comentó que desde entonces decidió no volver a donar dinero a ONGs, al ver cómo lo usaban. A partir de entonces sólo dona dinero de forma más local a gente que lo necesita.

Como siempre pienso, ni todo es blanco, ni todo es negro. Además que, a veces, las cosas son más fáciles de decir que de ponerlas en práctica. Pero, al menos, son preguntas para reflexionar y ver si podemos hacer algo más por nuestro entorno y nuestra sociedad.

Como dice la cita del principio (extraída del libro), nuestro poder no está en a quién votamos, sino en qué hacemos con nuestro dinero y dónde lo dirigimos.

martes, 9 de febrero de 2016

Resiliencia, o el arte de superar cualquier adversidad


Tengo una vecina, a la que hace muchos años, se le murió su marido después de estar enfermo durante mucho tiempo. A las pocas semanas, los fines de semana se estaba marchando con las amigas a bailar. Seguro que mucha gente pensará que no tiene vergüenza o que es una falta de respeto a su marido o... Honestamente, no sé lo mucho o poco que pudo sufrir, ya que nunca hablé con ella del tema, pero dudo que no lo pasase mal y no sufriese. No creo que se tratase de una falta de respeto a la memoria de su marido, si no todo lo contrario. Ella hizo lo único que podía hacer en ese momento, seguir viviendo la vida. Se sobrepuso al varapalo y siguió con su vida.

Seguro que todos conocéis a alguna persona igual. Alguien que se ha encontrado en una situación adversa (muerte de un ser querido, pérdida de trabajo, separación,...) y consigue tirar adelante sin, aparentemente, excesivos problemas e, incluso algunas veces, con alegría. Hace muchos años que leí por primera vez la palabra resiliencia y me llamó mucho la atención. Primero, por la palabra en sí, es una de esas palabras curiosas que llaman la atención: resiliencia. Después por su significado: el arte o cualidad de superar cualquier situación, por adversa que ésta sea. Tal como avanzamos como sociedad parece complicado que un varapalo no tenga que hundirte. Parece que tenemos que hundirnos y no se acaba de ver normal que haya gente que siga con su vida normal después de según qué circunstancia. Incluso algunos lo ven mal.

Esta curiosidad me llevó hace unas semanas a realizar un taller on-line sobre resiliencia y, principalmente, las cualidades que hay que trabajar para llegar a ser una persona resiliente. Por que sí, la resiliencia, como cualquier otra habilidad, no es una cosa con la que se nace o no se tiene, si no que es algo que se puede trabajar y educar. Claro, hay que tener ganas de cambiar. Hay quien tiene la cualidad innata, hay quien tiene que trabajarla para tenerla. Y como dicen que la mejor forma de aprender algo nuevo es explicárselo a alguien, pues he pensado que qué mejor forma que escribirlo aquí en el blog para quien quiera leerlo.

Ser resiliente no significa pasar de todo. Ser resiliente significa que con toda tu pena, tristeza, sufrimiento (pon aquí cualquier otro sentimiento negativo) sepas gestionar esas emociones negativas de forma que seas capaz de tener una visión más global y seguir con la vida, superponiéndote a cualquier adversidad. Bueno, así que allá vamos con la lista de cualidades que podemos cultivar para poder ser una persona resiliente:
  • Tener valores en la vida. O dicho de otra forma, tener un objetivo o algo por lo que luchar. Puede ser desde ser un buen profesional, a ser un buen marido/esposa, a educar a tus hijos, a disfrutar de tus nietos, a viajar,... cualquier cosa que marque tu camino. En caso de tenerlos, siempre tendrás algo por lo que luchar, por lo que seguir. Si no...
  • El famoso mindfulness o conciencia plena, en castellano. En resumen, esto no es más que vivir conscientemente en el momento actual. Olvidarte del pasado, no pensar en el futuro y disfrutar el presente. Lo cual tiene muchas más connotaciones que simplemente la resiliencia.
  • Tener actitud positiva y la gratitud. Es decir, siempre agradecer algo. Siempre hay algo que agradecer. El tener trabajo, el tener sueldo, el tener familia, el tener amigos, el que alguien te llame para tomar un café, el tener una casa donde vivir,... La gratitud no es más que centrarse en las cosas buenas que nos pasan, cuanto más gratitud practiquemos, más actitud positiva tendremos. La actitud positiva es mirar la parte buena de las cosas que, incluso en los peores momentos hay lados positivos y cosas que aprender. Un despido puede ser el fin del mundo o puede ser una nueva oportunidad para hacer cosas más grandes.
  • Saber gestionar las emociones negativas. Las emociones negativas son normales tenerlas y, de hecho, debemos tenerlas. Es normal sentir tristeza, desesperación, angustia,... Lo que no es normal es que sean las emociones las que nos gobiernen a nosotros y, en consecuencia, sean las que decidan qué hacer con nuestra vida y cómo comportarnos.
  • En contraposición a la gestión de las emociones negativas, hay que cultivar emociones positivas. Hay que cultivar emociones como la amabilidad, generosidad, conectar con otros, realizar actividades que nos hagan estar en flow,... Cuanto más cultivemos nuestras emociones positivas, más nos acostumbraremos y más aprenderemos a saber gestionar nuestras emociones negativas.
  • Saber tomar correctas elecciones de vida terapéuticas, o dicho de otra forma, realizar ejercicio, dormir bien, llevar una dieta sana, pasar más tiempo en la naturaleza y no sólo en la ciudad, tener tiempo para el ocio o para la relajación. Desconozco el tema, pero parece ser que todo esto son rutinas que afectan al cerebro de tal forma que nos hace ser más positivos y felices.
  • Y por último tener buenas relaciones. Ya sean relaciones de amistad que den soporte y a las que podamos escuchar, mentores, roles a los que seguir,... Relaciones que, de una forma u otra, nos aportan algo interesante y positivo. Y alejarnos de aquellas relaciones que sólo nos aportan negatividad y pesimismo y, por lo tanto, restan en nuestras vidas.
Ni soy psicólogo, ni tengo la intención de serlo. Como he comentado, sólo me he dedicado a plasmar aquí lo que aprendí en el curso.

Quiero ser recordado como esa persona que siempre sale airoso de cualquier situación riéndose de todo, hasta de mi propia sombra. Así que va siendo el momento de comenzar a poner en práctica alguna de estas cualidades.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Mi primer 10k


Nunca me gustó correr. Siempre me pareció un poco absurdo correr sin ningún motivo aparente. Si no estás escapando de nada, no estás persiguiendo nada, ni estás practicando ningún deporte, ¿qué objetivo tiene salir a la calle y ponerse a correr?


Pues el pasado 15 de noviembre corrí mi primera 10k. Fue en la RUNNING 1900 que organizaron en colaboración el RCD Espanyol y Papallupas. Y no solamente fue mi primera 10k, sino que sé que no va a ser la última carrera en la que participe.

Empecé a correr sólo porque era una forma barata, sin matrícula, sin cuotas mensuales de hacer deporte y mantenerme activo. Sólo con la única excusa de la frugalidad, me vi inmerso sin quererlo en la fiebre del running (quiero que quede claro que no me considero un runner), corriendo sin sentido y sin ningún objetivo. ¿Y qué hago corriendo si nunca le encontré sentido? ¿Porqué me he enganchado a una actividad que no me atraía? Como le comenté a un compañero de trabajo no hace mucho: lo que me tiene enganchado no es correr, es lo que me aporta el running.

El running me relaja. Puede parecer un contrasentido que una actividad tan activa (valga la redundancia) me relaje. Suelo salir a correr a última hora, cuando llego a casa de trabajar (sí, ya lo sé, da mucho palo :) ) y me sirve para relajarme y desconectarme del día. Como una especia de reset después de un día de trabajo. Dicen los entendidos que realizar cualquier actividad física hace que el cuerpo genere endorfinas, las proteínas de la felicidad. Quien sabe, igual es eso... si ellos lo dicen.

El running me sirve como ejercicio de mindfulness y meditación. Mientras estoy corriendo es un momento que dedico a estar conmigo mismo, con la mente sin estar pensando en los problemas que he podido tener durante el día, lo que tengo pendiente que hacer o cualquier otra cosa. Durante ese momento sólo estoy corriendo y tengo la mente liberada de cualquier otro tema. Lo que viene siendo mindfulness. No sería la primera vez que eso me ha permitido haber encontrado la solución a algún problema laboral, mientras tengo la mente descansada sólo centrada en el momento.

Y finalmente, es una buena forma de ponerte retos y objetivos e irlos superando. Y todos sabemos los satisfactorio que es ir superando los objetivos marcados, no? A parte de la satisfacción que te permite seguir la actividad, la demostración, para otros aspectos, de ver que con esfuerzo y constancia es posible superar cualquier reto. Empecé hace unos 3 años corriendo "sólo" 4 kilómetros que ni siquiera los podía hacer seguidos. Mi único objetivo en mente era poderlos correr sin parar. Luego los 5 kilómetros, los 6... los 10, una carrera. Y así poco a poco la satisfacción de ir superando retos.

Y ahí estamos, ya superado el reto de los 10k y de mi primera carrera. Ya tengo mis próximos objetivos en mente para el 2016:

  • Mejorar tiempos.
  • Distancias de media maratón (20k)
  • Una triatlón.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Mob programming


Mob Programming

Hace unos días leí un artículo que hablaba sobre Mob Programming, lo que atrajo mi atención ya que era la primera vez que leía algo sobre algo llamado así. ¿Y qué es eso? ¿Una nueva metodología? ¿Una nueva técnica?

Mob Programming es el hecho de que un grupo de programadores se sientan juntos, preferentemente en una habitación, con un único ordenador y un trozo de código. Así todo el grupo junto puede discutir, diseñar, programar un trozo de código del proyecto. Y, por lo tanto, todo el equipo está concentrado en solucionar el mismo problema. Sería algo así como el pair programming pero con más de dos personas involucradas.

A simple vista podría parecer que es una de las formas de trabajo más ineficientes. Todo el equipo trabajando sólo en una tarea, perdiendo su tiempo en sólo una cosa cuando podría estar trabajando en tareas diferentes (como de costumbre). Pero, por el contrario, es una forma muy útil y eficiente de trabajo. Naturalmente, usada con moderación.

En mi días trabajando en Papa Pear, solíamos usar esta técnica, aunque nosotros lo llamábamos PapaDojo (Papa de Papa Pear y Dojo por los Coding Dojos). Solíamos hacerlo una vez por semana, todo el equipo de desarrolladores en una sala de reuniones, un único ordenador y un único problema a discutir. Unos cuantos días antes se escogía un tema, una persona lo preparaba y avisaba al resto del equipo, así la gente interesada podía decidir si asistir o no y prepararse el tema.

¿Qué tenía esto de interesante? Nuestra idea era, una vez por semana, todo el equipo compartía código y tecnologías que se usaban. Con varios objetivos: conseguir conocimiento compartido de las tareas que se estaban implementando, ser capaces de conocer otras tecnologías o lenguajes con los que no tratabas en tu día a día (IoC, C++, Action Script, Unit Testing,...), afrontar todos juntos un refactor de código importante,... Y, así, a largo plazo conseguir beneficios como: todo el equipo tener conocimiento (en profundidad o superficial) de todo el proyecto (no sólo de la parte en la que cada uno estaba trabajando), todas las tecnologías y lenguajes usados en el proyecto (facilitando el cross-development de nuevas implementaciones), afrontar un refactor/mejora importante de código que podría ser grande para sólo una persona,... y, naturalmente, team building.

No pienses que Mob Programming es algo ineficiente ya que, a largo plazo, es una técnica que ofrece grandes beneficios tanto para el equipo como para el proyecto.
A few days ago I read this article regarding Mob Programming (sorry, it's in spanish) which get my interest because it was the first time I read about a thing with that name. What was that about? A new methodology? a new technique?

Mob Programming is the fact that a group of programmers sit all together, preferably in a room, with only one computer, with only one piece of code. All the group can discuss, can design, can program a piece of code of the project. Therefore, everybody is completely focused in solving the same problem. Something like pair programming but with more than two people involved.

One first impression might be that it is one of the most inefficient ways of work. All the team working in the same task, wasting their times in only one thing while they could be working in different tasks (as usual). But, on the contrary, it's a very useful and efficient (in long term) way of work. Used with moderation, of course.

In my days in Papa Pear we used to use this thing but we called it PapaDojo (Papa for Papa Pear, and Dojo because of the Coding Dojos). We used to do it once a week, the whole developers team in a meeting room, one computer and only one problem to discuss. A few days in advance we picked one topic, one person prepared it, notify to the rest of the team so the people interested could decide to attend or not and prepare the topic.

And, why was this very interesting? Our idea was to, once a week, all the team shared the code and the technologies to use. The aims were multiple: reach share knowledge of the tasks being implemented, being able to know other technologies or languages you don't deal with in your daily basis (IoC, C++, Action Script, Unit Testing, ...), face all together an important refactor to do, ... And in a long term the benefits are multiple, as well: the team may have a knowledge (in deep or superficial) of all the project (not only the parts each one is working on), all the technologies and languages used in the project (easing the cross-development of features), face a refactor/improvement of code that for only one person can be huge,... and, of course, team building.

Don't think Mob Programming is inefficient, in long term will provide you lot of benefits for the team and the project.

martes, 18 de noviembre de 2014

Plus Plus

Los pasados 2 y 3 de Noviembre tuve la suerte de poder asistir (a través de King) a un curso de public speaking con Florian Mueck. Dos días muy intensos, dos días muy interesantes. Con dos carreras, dos Masters y algún que otro curso a mis espaldas, puedo decir que estos "sólo" dos días han sido el mejor curso que he tenido nunca hasta el momento.

Pero en este post mi intención no es hablar de lo gran motivador que es Florian y cómo consigue sacar lo mejor de tí y hacer que salgas de tu zona de confort. Ni cómo en dos días lo mucho que aprendí y cómo el segundo día era capaz de hacer cosas que 48 horas antes me parecía incapaz. O de cómo me hicieron esos días despertar dentro de mí algo que no sabía que tenía, que me gustaba esto del Public speaking. Si no que quiero hablar sobre una de las técnicas de motivación y aprendizaje que Florian usa para empujar a la gente a dar un paso adelante: ++

Cada vez que salíamos al "escenario" y hacíamos una presentación/charla, el grupo nos evaluaba. Florian escribía dos columnas, una con las cosas positivas que había hecho la persona y otra con las cosas que tenía que mejorar para dar un paso adelante (la columna ++). Algo tan simple, alto tan obvio, pero tan poco usado. En una sociedad donde predomina la crítica destructiva, las opiniones negativas, las opiniones que no llevan a nada y que no sirven para nada.

La crítica destructiva y/o negativa no sirve para nada. Si alguien dice lo mal que haces una cosa, lo más probable, es que la persona que recibe la crítica se lo pueda tomar como un ataque personal, le haga sentir mal y no seguir avanzando, ponga un muro y sea todo lo contrario a estar receptivo. Y, en el mejor de los casos, no serviría para nada porque es una crítica que no aporta nada a nadie.

La columna ++ no es más que una crítica constructiva. Se olvida de qué has hecho mal, de en qué te has equivocado, lo reenfoca y te dice qué tienes que hacer para mejorar algo. En el fondo puede parecer lo mismo, pero está enfocado desde un punto más positivo, de añadir, de ayudar, que no como algo negativo. Con la columna ++ se ayuda a la gente a mejorar y a progresar, por eso la gente es más receptiva a este tipo de críticas.

No es tan difícil aplicarlo, sólo hace falta un cambio de mentalidad y se puede aplicar tanto en el aspecto profesional, como en el personal. Y con ello, en vez de tener gente con miedo a probar y realizar cosas, lo que se consigue es gente que no sólo no tiene miedo, si no que tiene pautas para seguir mejorando.

Yo lo he vivido y experimentado, por eso tengo claro que a partir de ahora aplicaré mucho más a menudo la columna ++.
The last 2nd and 3rd of November I could attend (thanks to King) to a public speaking training with Florian Mueck. Two intensive but very interesting days. With two degrees, two Masters and several other courses behind me, I can say that these "only" two days have been the most interesting and exciting course I have ever had so far.

But, in this post, I had no intention to explain how good is Florian motivating people and getting out the best of you to get you out of your comfort zone. And neither how much I learned during those days and how the second day I was able to do things I couldn't imagine only 48 hours before. Or how I felt something starting to grow up inside me I didn't know, since I liked that thing called public speaking. What I want to talk is about the motivating and learning techniques Florian uses to push people to step forward and get out of the comfort zone: ++

Everytime we were on the stage and made a presentation/speech, the group evaluated us. Florian drew two columns on a board, one with all the good things the speecher did during the presentation and another one with all the things the person had to improve to step forward and keep improving the skills (the ++ column). So simple, so obvious but, at the same time, so few times used. In a society, like ours, where bad comments and destructive criticism, which are completely useless,  takes precedence over good and positive reviews.

Bad and negative criticism is totally useless. If someone points out how bad you are doing something, most likely, the person who receives the criticism may think is a personal attack, making that person feeling bad, and making her/him being anything but receptive. And, in the best of the cases, it wouldn't help at all because a bad criticism doesn't provide anything to the person who is receiving it.

The ++ column is a positive and good review. It doesn't take into account what you did wrong and it focuses on what you have to do to improve. In the end it can seem the same but it's more focused from the bright side, helping, adding, providing. With the ++ column you are helping people to progress and get better, that's why people are more receptive. And, apart from that, people improve and learn quite quicker.

But it's not that difficult to use, only a change of mindset is needed and it can be used either on the professional side and the personal. With that, people won't be afraid of trying and do new things. And not only that, people will have ways and paths to keep improving, learning and growing.

I've experienced it on my own, that's why I know that, from now on, I'll use much more often the ++ column.

martes, 11 de noviembre de 2014

¿Catalán? ¿Español? ¿Probablemente ninguna?

Hace unas semanas nos cruzábamos en la escalera con nuestro nuevo vecino de encima nuestro. Después de hablar unos minutos con él (y a pesar que se le notaba en su acento) le preguntamos de dónde era y su respuesta fue "soy originariamente británico". ¿Originariamente? ¿Qué quería decir con originariamente? ¿No era británico "a secas"? ¿Había nacido en Reino Unido pero no se sentía británico? ¿Había nacido en Reino Unido pero no había crecido en ese país? Esa respuesta y, principalmente, la palabra originariamente estuvo dando vueltas en mi cabeza intentando encontrarle un significado.

Un par de semanas después quedamos con unos amigos (británicos, por cierto) para tomar unas cervezas y a la quedada se sumaron unos amigos suyos americanos (que se estaban mudando a Poblenou) y que era la primera vez que veíamos. Después de estar hablando un rato con ellos, él me preguntó lo de "¿De dónde eres?" a lo que respondí, obviamente, de Barcelona. Pero mi sorpresa fue cuando me volvió a preguntar "Sí, vale, pero originariamente, ¿de dónde eres?" Originariamente ... Otra vez... Y ya le dí todo el significado a esa palabra. Entendían que originariamente una persona es del lugar donde nace, donde crece, donde se hace adulto... Pero, realmente, es del lugar en el que vive en ese momento... Algo que, realmente, yo siempre también he pensado y también he sentido...

Y todo esto me llevó a mi época de "holandés". Al principio de todo, cuando me preguntaban de dónde era respondía que venía de España (pensando que era lo que esperaban oir), hasta que vi que no les decía nada, decían OK y ya está, se acabó la conversación. Entonces aprendí que si respondía "de Barcelona", se les abrían los ojos como platos, querían saber más y te los habías ganado para siempre. Hasta que un día me encontré respondiendo a esa misma pregunta con la frase: "Soy de Haarlem". En el fondo yo sentía lo mismo, originariamente era de Barcelona, pero me sentía de Haarlem.

Vivía en Holanda, trabajaba en Holanda, pagaba mis impuestos en Holanda, consumía en Holanda,... Sólo la nacionalidad holandesa me separaba de ser, a todos los efectos, holandés. Y así lo sentía yo. Mi vida era holandesa, ¿porqué no lo iba a sentir así?

No siento ninguna bandera y no considero que ninguna bandera me represente. Soy de donde soy por haber nacido en la población donde nací, en la provincia de Barcelona y porque mi documentación, por el momento, así acredita. ¿Pero me siento catalán y español? Ahora sí, porque vivo aquí, trabajo aquí y pago mis impuestos aquí. Pero creo que, en el fondo, yo sólo me siento de dos lugares.

De Rubí, el lugar donde crecí, donde me hice adulto, donde pasé mis primeros 25 años de vida, donde empecé a trabajar, donde, todavía, tengo a toda mi familia.

Y del lugar donde esté viviendo en ese momento. Ahora mismo es Barcelona, pero hubo un tiempo que fue Haarlem y otro que fue Londres.

Por lo tanto, sí, cuando me hizo esa pregunta mi respuesta cambió, le contesté: "Originariamente soy de Rubí, a 25 km. de aquí, pero ahora soy de Barcelona"

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Product Owners vs. Product Executors

Van a ser casi dos años desde que empecé a trabajar en King y en todo este tiempo he aprendido muchas cosas. Una de ellas ha sido poder experimentar otra forma de trabajar, de organizarse y de gestionar equipos. Parte, probablemente, facilitado por usar una metodología de trabajo agile, parte promovido por la filosofía de la empresa.

Hasta el momento, en todas las empresas que había trabajado, tenían una organización y métodos de trabajo clásicos. Con estructuras piramidales, donde hay jefes y donde los miembros de un equipo eran Product Executors. Es decir, miembros que se dedican a ejecutar órdenes en el desarrollo y evolución del producto, sólo ejecutan decisiones tomadas. El jefe o departamento de turno deciden el qué, el cuándo y el para cuándo y el equipo, en general, sólo tiene poder para decidir el cómo. Poco margen de decisión le puede quedar al equipo, más allá de cómo se desarrollará tecnológicamente el producto/proyecto (a veces ni eso)

Ahora, no es que tengamos jefes, que los tenemos. No es que no tengamos organigrama, que también lo tenemos. Y no es que nadie tome decisiones, que se toman. Pero el equipo tiene mucho peso en las decisiones y cada miembro del equipo de desarrollo es, en parte, también un Product Owner. El equipo tiene la figura de Product Owner que es el responsable de marcar la ruta de trabajo, de estudiar al cliente final, de conocer qué se quiere. Pero al final es el propio equipo quien decide qué se implementa (todo el mundo tiene la libertad de convocar reuniones para definir nuevas cosas), el cuándo se implementa algo (se hacen reuniones regulares donde el equipo planifica qué se hace y qué no), para cuándo estará cada cosa implementada (si el equipo decide que no estará para la fecha esperada se acepta la decisión del equipo o se negocia un menor alcance del producto) y el cómo.

Esto redunda en muchos beneficios para el equipo y, por consiguiente, para la empresa. Porque los miembros del equipo trabajan más motivados y sienten al producto como suyo propio. No son meros ejecutores de órdenes, si no que se involucran en las decisiones y, principalmente, se respeta cualquier decisión que sale desde el equipo. Los miembros están más implicados en el desarrollo y éxito del producto/proyecto.

Pero, obviamente, esto no es tan fácil de implementar. Para su éxito, se requiere una alta dosis de confianza de la empresa en el equipo, en su trabajo y en sus decisiones. Característica que no siempre (y, especialmente, en este país) se suele dar.

It's almost two years since I started working at King, and during all this time I've learned lot of things. One of them, being able to experience another way of working, organising and managing teams. Most likely, provided by using an agile methodology, but also promoted by the company culture.

All the companies I've worked for so far had a classic organisation and work methods. Pyramidal hierarchies, with typical bosses and where the team members were Product Executors. I mean, the members could only execute commands, already taken and agreed decisions. The boss or corresponding department decided the what, when, by when and, usually, the team could only decide how.

I don't mean we don't have bosses now, because we do have. I don't mean we don't have hierarchy, because we do have as well, or nobody takes decisions, because they are taken. But the team has too much to say when taking decisions and each team member is, kind of, a Product Owner. The role of Product Owner exists within the team, who is the person responsible of making the roadmap, study the final user, know what he/she wants. But, in the end, it's the own team who decides what is going to be implemented (everybody in the team has the freedom to organise meetings in order to specify and define new features), the when it's implemented (there are often meetings where the team plans what to do and what not to do), by when a feature is to be implemented (if the team decides that something can't happen for an expected date, the team decision is accepted or a smaller product scope is negotiated) and the how.

This results in many benefits for the team and, therefore, for the company. Because the team members will be working much more motivated and feeling the product as their own. They are not just command executors, but they are involved in the decision taking flow and, specially, any decision taken by them is respected. Resulting in a team totally get involved in the development and success of the product/project.

But, obviously, not everything is too easy to implement. For its success, this requires a high amount of trust from the company in the team, in its work and decisions. Something that usually (specially in Spain) doesn't happen.




martes, 30 de abril de 2013

Dos años después

Hace unos años me dijo una persona, que se había tomado un año sabático para dar la vuelta al mundo, que una vez que rompes la barrera de tu zona de confort, y sales de tu país, nunca vuelves a ser el mismo. Que la rutina se vuelve más rutina, que el gusanillo que tenías antes no sólo no desaparece sino que crece y que tu entorno lo ves totalmente diferente.

Dos años después de habernos ido, y estar de vuelta a Barcelona, no puedo darle al 100% la razón (tengo mis sospechas que no debe ser lo mismo dar la vuelta al mundo, que vivir una temporada fuera :-) ), pero sí al 80%

La rutina se vuelve un poco más rutina. Si quieres aprovechar bien tu experiencia de estar fuera, debes estar con todos los sentidos atentos e intentar disfrutar hasta de la chorrada más tonta. Nuevo idioma, nuevo entorno, nuevas costumbres, nueva cultura,... Cada día puedes aprender algo nuevo, cada día puedes vivir algo diferente y si no quieres perderte nada, necesitas visitar el mayor número de sitios posibles y andar siempre con todos los sentidos alerta. Sólo así aprenderás y sólo así aprovecharás al máximo la oportunidad. Claro que eso, se termina volviendo un poco en tu contra cuando vuelves. La rutina se vuelve más rutina de lo que era antes.

El gusanillo, ese gusanillo que tienes y que te hace pensar que algún día te gustaría vivir esa experiencia, ese gusanillo que crees que matarás cuando lo vivas y vuelvas, se puede volver más grande. Si la experiencia te ha ido bien y, sobre todo, has sabido disfrutarla, podrá crecer. Recordarás con nostalgia todo ese tiempo (hay un síndrome llamado el síndrome de Erasmus o síndrome de repatriación que explica muy bien esta sensación) y continuarás con las ganas de volver a repetir la experiencia. Esta vez probablemente con más ganas porque ya has roto una barrera y ves que no es tan complicado o difícil como podías pensar al principio, además de saber lo gratificante y lo que te aporta personalmente.

Y, por último y, probablemente, lo más complicado, tu entorno lo ves diferente. Durante el tiempo que estás fuera (en mi caso un año y medio), la vida sigue, no sólo para tí, si no para toda la gente que, hasta hacía poco, te rodeaba. Obviamente sus vidas no paran y siguen adelante, pero esta vez sin tí. Cuando vuelves es como si hubieses viajado en el tiempo. Has estado un tiempo fuera, fuera de la rueda de tu entorno y desconentado mientras todo ha seguido a su curso.

Las últimas semanas, antes de volver, piensas que todo será fácil, que recuperarás tu vida y que todo te será familiar: tu gente, tu barrio, tu entorno,... Pero no es tan sencillo como parecía. Nada es como lo dejaste, porque todo ha seguido su curso. Y vuelves y te sientes desconectado y tienes que volver a conectar e intentar encajar en una rueda que ha seguido rodando pero esta vez sin tí.

Y después de todo, después de la experiencia vivida y de la vuelta... ¿Me arrepiento de la decisión que tomé? En absoluto ¿Volvería a hacerlo si ahora se me volviese a presentar la oportunidad de nuevo? Muy probablemente, es algo que no descarto.

domingo, 10 de marzo de 2013

Hace dos años

El pasado 16 de Febrero hizo dos años que nos despertábamos por primera vez en Haarlem. Dos años desde que empezábamos nuestra aventura, desde que decidimos ser immigrantes.

Prometí a mucha gente que iría actualizando este blog con nuestra "aventura" para tener un seguimiento de cómo nos iba y así, de alguna forma, estar conectados. No lo hice y lo intentaré compensar ahora con un resumen de lo que fue la experiencia, ahora que estamos de bi-aniversario.

Empezaré diciendo que es una experiencia/aventura que recomiendo a todos. Todo el mundo debería hacerlo, como mínimo, una vez en su vida. Prácticamente todos los días aprendes algo, vives algo diferente y estás todos los días bien despierto y con los ojos bien abiertos para no perderte ningún detalle.

Llegas a otro país, con una cultura diferente, con un idioma diferente y unas costumbres diferentes. Tienes que aprenderlo todo y, lo más importante, sales de tu zona de confort formada por tu piso, tu cuidad, tu familia y tus amigos.

Tu vida empieza (casi) desde cero y tienes que volver a empezar. El concepto de esfuerzo y lucha adquiere otra dimensión y las cosas más tontas e insignificantes se convierten en complicadas. Cuando estás fuera luchas y te esfuerzas por hacerte entender, por adaptarte a la gastronomía, a los horarios, a las costumbres,... A tantas cosas que en nuestra zona de confort no tenemos ni de que preocuparnos.

Es una experiencia muy enriquecedora que te hace ver la vida desde otro punto de vista y te abre los ojos dándote cuenta lo cómodos que estamos en nuestras vidas, rodeados de los nuestros. Eres inmigrante y, también, comienzas a entender, un poquito, a aquellos inmigrantes que se encierran en sus culturas, a pesar de estar en España, porque tú también eres inmigrante y te das cuenta que haces algo parecido. De la misma forma que te das cuenta que tú no vas a quitarle el puesto de trabajo a nadie, si no a buscar una oportunidad.

Ya ha pasado medio año desde que volvimos a casa y cada vez soy más consciente de que fue una de las más importantes y mejores decisiones que he tomado en mi vida. Tanto que el día que decidimos volver, sentí pena en acabar ese "viaje" y en cerrar esa etapa de mi vida.

Y la vuelta... sobre la vuelta a casa hablaré en otro post, que es casi o más interesante que la ida y en éste ya me he alargado demasiado ;-)

lunes, 2 de enero de 2012

Spain is (not) different: desmitificando Europa

Al igual que muchos de vosotros, he crecido escuchando (y haciendo mías) frases del estilo: "Spain is different", "En Europa si que se hacen las cosas bien", "Más arriba de los pirineos viven mejor", "Somos de los países que menos cobran de toda Europa", "Sólo los españoles tenemos filosofía de compra de pisos",... y todo tipo de típicos tópicos, que haces tuyos sin saber porqué y, de tanto repetirlos, nos creemos verdad.

No hay nada mejor como salir fuera del país, vivir el día a día de otra sociedad y ver como la mayoría de esas frases no son del todo ciertas, que son mitos y que ni fuera están tan bien, ni en España está todo tan mal y somos los catetos de Europa.

He podido vivirlo y comprobarlo por mi mismo, además que trabajo en una empresa internacional donde trabaja gente de infinidad de países y ves que, en la mayoría de cosas, no estamos tan lejos como creemos y como nos dicen:

  1. A nivel profesional he visto que aquí las cosas no se hacen mucho mejor que en España. La mayor diferencia que he visto es que se intentan hacer las cosas bien y los horarios. Por lo demás, el caos, la desorganización, la falta de toma de decisiones, la ambigüedad,... es la misma. En ocasiones he dudado si no seguía trabajando en una empresa española.
  2. "Para qué tirar el dinero alquilando, si compramos el piso es nuestro". Cuántas veces hemos dicho/escuchado esto y siempre alguien ha respuesto "pero eso sólo pasa en España, en Europa existe la cultura del alquiler". Habrá países en los que eso sea cierto pero aquí esta misma frase, con las mismas exactas palabras (pero en inglés) las he escuchado salir de la boca de holandeses, ingleses, franceses,...
  3. Es que los sueldos en España son de los peores de Europa, fuera se cobra mucho mejor y están los sueldos en concordancia con el nivel de vida. No sé otros países, pero puedo asegurar que en Holanda esto no es cierto. Sí, el sueldo bruto es mucho más alto, pero los impuestos de trabajo son el doble de caros y, además, la sanidad es privada por lo que tienes que preparar un mínimo de 100 euros al mes por un seguro sanitario muy básico. Tengo un sueldo bruto exactamente igual que tenía en Barcelona y mi sueldo neto es un poco inferior y eso que, como immigrante con perfil profesional cualificado, me beneficio de una rebaja fiscal del 30% en mis impuestos de trabajo. Y con ese sueldo bruto superior, pero neto inferior tienes que hacer frente a más gastos e impuestos mayores.
Todo esto sin hablar de la calidad de la sanidad privada, de la educación en guarderías, la alimentación u otros temas que darían para un post a parte.

Eso sí, también hay muchas cosas (de este país) que me gustaría poderlas exportar a España como: los horarios, los beneficios secundarios a parte del sueldo o la conciliación de familia y trabajo.

Creo que deberíamos mirar, realmente, mirar hacia afuera y antes de compararnos poder comprobar y darnos cuenta que, en muchos aspectos, ni los demás están mejor, ni nosotros estamos tan mal como nos creemos.