jueves, 19 de octubre de 2017

Nos engañamos y nos manipulamos sin necesidad de agentes externos

Hace unos cuantos años hice un curso (ya no recuerdo de qué) donde se explicaba la definición de qué eran los sesgos cognitivos. O dicho de otra forma, como nos engañamos y nos manipulamos a nosotros mismos.

(por favor, si hay algún psicólogo en la sala que esté atento a partir de ahora lo que voy a escribir y me corrija si cometo algún error)

Los sesgos cognitivos son una forma que tiene nuestro cerebro, que tenemos nosotros, para engañarnos y manipularnos a nosotros mismos para, de alguna forma, poder vivir más felices y cómodos. Gracias a ellos no vemos LA realidad, sino NUESTRA realidad. Nunca estaremos en posesión de la verdad, sino sólo en posesión de nuestra verdad.

La lista de sesgos en grande, bastante amplia y no me acuerdo de la gran mayoría de ellos, pero hubo dos que sí que se me quedaron grabados y que están tomando bastante importancia últimamente:

El efecto bandwagon. Es el efecto por el que tendemos a seguir la masa, tendemos a fusionar nuestras creencias con las del grupo y cada vez menos con nosotros mismos. O, más claramente, el grupo, la sociedad, nos hace idiotas. Tendemos a pensar más como piensa el grupo (porque si piensan así es por algo) que en cuestionarnos si es cierto. Incluso nos hace cambiar de opinión.

El sesgo de confirmación. Probablemente mi favorito. Por eso debe ser el que mejor recuerdo. Es el hecho por el que solemos aceptar todas las opiniones, noticias, información que confirma nuestras creencias y a rechazar todas aquellas que la cuestionan. Ni nos planteamos si pueden tener algo de cierto, si a lo mejor tenemos que cambiar nuestra forma de pensar. Simplemente buscamos reforzar que estamos en lo cierto.

En definitiva, últimamente leo muchas frases del tipo "los tienen manipulados", "los engañan", "es que no son conscientes de la realidad" cuando, realmente, nadie lo somos. Nos manipulamos y nos engañamos a nosotros mismos. No cuestionamos, ni desafiamos nuestras creencias. Y vemos nuestra realidad. Pero somos tan idiotas que pensamos que nuestra realidad es la realidad y los demás están equivocados.

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